jueves, 9 de agosto de 2012

De mis recuerdos (III) continuación


Leyendo el Principio del vacío vino a mi memoria lo que sigue.
…y en ese momento recordé que si quería que el dinero viniera a mí tenía que  dejar ir lo poco que me quedaba de aquel.
Llevaba ya seis  meses aquí en España y por una circunstancia u otra no me encontraba con un trabajo. Fue una prima hermana, Antonia su nombre, que me contactó con una Residencia Hogar.
Haciendo allí el curso de adaptación para gerocultores, algunos auxiliares me decían que “mejor me quedara encasa porque si no mi nómina serviría para pagarle al taxista” (el viaje que recorría era de 44 km que por cierto no era barato). Por otro lado, nada me aseguraba que aún aprobando el curso, me contratara  la empresa.
Sólo quedaba en mis bolsillos menos de mil euros y mi billete de regreso a mi tierra ya había caducado hacía varios meses.
Yo me aferraba a mi dinero como un naufrago se aferra a un trozo de madera en el mar. Tenía miedo por mi futuro incierto. Y fue en ese momento que recordé que un día ya lejano leí lo siguiente: “si quieres que tu copa se llene nuevamente, primero debes dejar que se vacíe”.  Inmediatamente me sentí invadido por una absoluta tranquilidad. Algo dentro de mí me decía que  el dinero que tenía ya había cumplido  su propósito y que debía  dejarlo ir  para que  más dinero viniese a mí. 


Apreciad@ visitante cuando miro hacia atrás y veo el recorrido que hice en mi vida hasta el día actual siento que la Ley de la Prosperidad en mi  siempre se cumplió aún cuando yo no tenía conocimiento de dicho Principio Universal. En la actualidad tengo conocimiento de los 7 Principios Universales y se cumplen en mi universo, como en el de otros con quienes compartí mis experiencias. Pero a mí no me creas; experimenta por ti mismo y saca tus conclusiones.
Haz un alto en tu camino. Vuelve tu mirada hacia atrás. Seguramente te podrás sorprender cuando veas que en ti esto también se cumplió, se cumple y se cumplirá.
 Te deseo larga vida y sabiduría para vivirla. Que tu Sol brille siempre.
Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez


1 comentario:

  1. Las flores del campo, las aves del cielo no hilan ni trabajan y ni Salomón con todo su poder se vistó con gran esplendor. Y si Dios con las flores del campo hace estas cosas que no hará con sus hijos...
    Sólo debemos poner en el su confianza, Quién a Dios tiene nada le falta solo Dios basta.
    Arcen

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