Leyendo el
Principio del vacío vino a mi memoria lo que sigue.
…y en ese momento recordé que si
quería que el dinero viniera a mí tenía que dejar ir lo poco que me quedaba de aquel.
Llevaba ya seis meses aquí en España y por una circunstancia u
otra no me encontraba con un trabajo. Fue una prima hermana, Antonia su nombre,
que me contactó con una Residencia Hogar.
Haciendo allí el curso de adaptación
para gerocultores, algunos auxiliares me decían que “mejor me quedara encasa
porque si no mi nómina serviría para pagarle al taxista” (el viaje que recorría era de 44 km que por cierto no era barato). Por otro lado, nada me aseguraba
que aún aprobando el curso, me contratara la empresa.
Sólo quedaba en mis bolsillos
menos de mil euros y mi billete de regreso a mi tierra ya había caducado hacía
varios meses.
Yo me aferraba a mi dinero como un
naufrago se aferra a un trozo de madera en el mar. Tenía miedo por mi futuro
incierto. Y fue en ese momento que recordé que un día ya lejano leí lo
siguiente: “si quieres que tu copa se llene nuevamente, primero debes dejar que
se vacíe”. Inmediatamente me sentí
invadido por una absoluta tranquilidad. Algo dentro de mí me decía que el dinero que tenía ya había cumplido su propósito y que debía dejarlo ir
para que más dinero viniese a mí.
Apreciad@
visitante cuando miro hacia atrás y veo el recorrido que hice en mi vida hasta
el día actual siento que la Ley de la Prosperidad en mi siempre se cumplió aún cuando yo no tenía
conocimiento de dicho Principio Universal. En la actualidad tengo conocimiento de los 7 Principios Universales y se cumplen en mi universo, como en el de otros con quienes compartí mis experiencias. Pero a mí no me creas; experimenta por ti mismo y saca tus conclusiones.
Haz un alto
en tu camino. Vuelve tu mirada hacia atrás. Seguramente te podrás sorprender
cuando veas que en ti esto también se cumplió, se cumple y se cumplirá.
Te deseo larga vida y sabiduría para vivirla.
Que tu Sol brille siempre.
Jesús de los
Ángeles Rodríguez Martínez
Las flores del campo, las aves del cielo no hilan ni trabajan y ni Salomón con todo su poder se vistó con gran esplendor. Y si Dios con las flores del campo hace estas cosas que no hará con sus hijos...
ResponderEliminarSólo debemos poner en el su confianza, Quién a Dios tiene nada le falta solo Dios basta.
Arcen