viernes, 30 de noviembre de 2012

La envidia. Respuesta a un visitante


Me ha llegado a mi correo el siguiente mensaje:
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "¿QUÉ ES UN DECRETO METAFÍSICO?": 

"De lo que abunda en el corazón, habla la boca".
¡Hoy es un buen día para empezar!
Jesús mucha gente me dice que no se puede decir que estás muy bien o que eres muy feliz porque despiertas la envidia de otros y con sus malos pensamientos te harán mucho daño ¿Qué le puedo contestar a esa gente?

Apreciad@ visitante. No logro entender claramente si la pregunta que me formulas es a título personal, es decir, porque vas despertando envidia en los demás, o porque en tu círculo te dicen que yo soy quien suscita ese sentimiento. Y digo esto último ya que no es la primera vez que mucha gente me lo hecho notar. 

Si es por mí, desde mi sinceridad agradezco tu interés y tu intención. Y mi respuesta es…no debes contestar  nada.

Ahora, si es por ti… mi respuesta es la misma: nada debes contestar.

La duda me surge por la partícula “se” que has usado en la construcción gramatical. Recuerda que es mi “asignatura pendiente” la comprensión y el uso correcto de nuestro idioma, el castellano. Con el debido respeto que me merece mi idioma y los estudiosos de la misma, me tomo el atrevimiento y la libertad de escribir aun con mis fallos ya que considero que lo importante, en estas circunstancias,  es más importante  el contenido del mensaje, que la pureza -gramaticalmente hablando- con que se lo escriba. 

Volviendo al tema que nos ocupa.  Como sea, agradezco que me hayas enviado tu inquietud la cual no la he publicado en la entrada correspondiente porque creo, como docente que soy, que a partir de tu duda todos podemos aprender algo sobre la envidia y sacar el beneficio que cada uno considere oportuno.

Antes de proceder al desarrollo del tema creo conveniente y necesario recordar  que como moderador de mi blog, que es también el tuyo y el de todos, me reservo el derecho de publicar o no los comentarios que me llegan o me pudieran llegar de mis entradas. Aun cuando se me notifica que: “Anónimo ha dejado…” y  al final de tu pregunta pones tu nombre, y cuando la naturaleza del mismo no es de orden privado, es decir no me lo has enviado a mi cuenta de usuario, decido  no publicarlo ante la posibilidad de que desees permanecer como anónimo.

Ahora sí paso al desarrollo del asunto.

Consideraciones:

1.- La gente que te lo dice.

2.- La envidia.

3.- Malos pensamientos y el daño que causan.

2.- La envidia

La envidia es una emoción eminentemente social, ya que se trata de una experiencia que tiene sentido únicamente en relación con otras personas. Por lo general, la envidia se define como una experiencia subjetiva de malestar, producida por el bien ajeno y por el deseo de poseer algo que no se tiene.

Una característica de esta emoción es que su valoración moral suele ser muy despectiva, hasta el punto de que es difícil que alguien admita padecerla, especialmente porque con ella se asume no sólo que se codicia lo que tienen los demás y se desea su mala suerte, sino que, de alguna manera se reconoce una inferioridad respecto a la persona que posee lo que se anhela.

El envidioso tiene un pronunciado complejo de inferioridad, de inseguridad y de disconformidad, diría... una baja autoestima.

Lo que tiene le resulta poco. No lo hace feliz el logro del envidiado, porque nunca se conforma con lo que ha logrado en su vida.  Desarrolla su envidia molestando a otros, deseándoles el mal, riéndose o regocijándose cuando al otro le va mal en lo que hace.

Imaginemos por un momento la situación entre dos vecinos: Dispater (el envidioso)  y Belenos (el envidiado).

Dispater siente envidia cuando ve que su vecino Belenos, por llamarlo de alguna manera, ya que podría ser perfectamente una persona allegada, consigue un empleo mejor remunerado que él y  que durante quince años no logró progresar. Belenos,  luego de haber trabajado jornadas extenuantes y demandantes bajo presión que le genera un fuerte estrés laboral, repunta en su profesión, logra comprarse un piso modesto por medio de un pequeño crédito bancario, y consigue formar una familia.Se desarrolla en un sano círculo de personas de iguales características, las cuales sienten que, aunque es poco lo que tienen, Dios, o el Universo, o Buda, o las vueltas de esta vida le han facilitado todo y, agradecidas, han aprendido a valorar lo que con su esfuerzo han obtenido.  Y es por dicha razón que respetan sus logros y son conscientes de sus limitaciones. Pero, como si esto fuera poco para contribuir con la perforación de la úlcera estomacal de Dispater, el envidioso de nuestra historia imaginaria, Belenos es aceptado por sus semejantes, querido por sus amig@s, respetado, reconocido  y elogiado por sus alumn@s, por su compañer@s de trabajo, pero es cruelmente  y silenciosamente odiado  y maldecido por Dispater, quien siempre estará cerca para decirle: “¡Y bueno, en todo no te puede ir bien! ¡Era hora de que te equivocaras!  ¡No puede ser que siempre te vaya bien cuando no te lo mereces!”. Es ahí cuando Belenos se dará cuenta, quizá prematura o tardíamente, de que la persona que le rodeaba estuvo siempre esperando para arremeter contra él y alegrarse  con su desdicha, y, por tanto, decidirá tomar otro camino que lo mantenga alejado de Dispater.

A  lo largo de nuestra vida, por una u otra razón, a veces no querida y no buscada, nos enfrentamos a varios tipos de envidiosos. Tenemos así:

1.- El envidioso hipócrita, que es aquel que siempre festeja lo que hace el otro haciendo una sonrisa de oreja a oreja y soltando carcajadas cuando el envidiado, sin saberlo, le cuenta de sus logros, de su progreso, de su planes mediatos e inmediatos, y de su óptima salud tanto mental como física, y el envidioso responde haciendo gestos que, hipócritamente, provoca para mantenerse cerca del envidiado.

2.- El envidioso copión, que es aquel que imita al envidiado pero, sin embargo, todo le sale mal o contrario a sus expectativas.

3.- El envidioso engreído o compulsivo, que es aquel que nunca ha logrado nada pero que miente acerca de lo que tiene, compró o adquirió para superar al envidiado.

4.- El envidioso curioso, que es aquel a quien sólo le interesa saber todos los pormenores de la vida del envidiado. Por ejemplo, le pregunta acerca de cómo consiguió  cambiar el turno en su trabajo, quién lo apadrinó, qué hizo para lograrlo, porque le parece imposible que lo haya logrado por ser una persona responsable en su trabajo.

5.- El envidioso de doble cara y doble discurso, que es aquel que alaba al envidiado cuando está en su compañía pero que, cuando se va, y visita a otra persona, habla a espaldas de aquél, y crea todo un panorama que no se condice con la realidad de la vida del envidiado. Como si le pareciese poco,  este tipo de envidioso, le cuenta a la otra persona que el envidiado es poco menos que un excremento, y en consciencia la otra persona incorpora el mismo concepto acerca del envidiado. Pero esto no es suficiente para el envidioso, ya que cuando vuelve al hogar del envidiado, o al círculo donde éste se mueve, continúa hipócritamente alabándolo y pone en práctica el mismo procedimiento empleado con la otra persona.

De esta manera el envidioso, sea cual sea su tipología queda atrapado en un círculo de frustración que lo lleva a padecer de un dolor insoportable, llegando su vida a ser un verdadero tormento.

3.- Malos pensamientos y el daño que causan

En este punto es conveniente que sepas dos cosas fundamentales.

En primer lugar quiero decirte que, en realidad, ningún mal pensamiento puede causarte daño, siempre y cuando tú lo creas así. Lo contrario está significando nada menos que, desde tu siquismo, le has otorgado poder a la otra persona, a ésa que te envidia o despiertas su envidia. Dicho de otra modo, nada, absolutamente nada puede afectarte si tú no te lo ¡crees! 

Por el contrario, si en tu fuero más interno crees que, en este caso, la envidia, puede traerte mala suerte, infortunio, desgracias, sólo por citar algunos ejemplos, tú ya estás creándote todas las condiciones internas necesarias para que eso suceda en tu mundo interior y exterior. Recuerda, al menos, los tres  Principios Universales: “El Principio del Mentalismo” (todo es mental), “Como es adentro es afuera, como es afuera es adentro” y el “Principio de Atracción”.  Estos están unidos por un hilo conductor o denominador común: todo lo que construyas en tu interior lo verás indefectiblemente materializado en mundo exterior. Esto es así, increíble por su simpleza, pero es así.
  

Desde niños hemos aprendido una gran verdad: en los días nublados el sol sale, y que tú lo entiendas o no, que lo aceptes o no, que lo creas o no, ello sucede inexorablemente así. Pues bien, con los Principios Universales ocurre lo mismo.

En segundo lugar  debes tener en cuenta que:

1.- El envidioso, más allá del por qué lo es –psicológicamente hablando-  es portador de un sentimiento doloroso y desde su visión interna de las cosas, se autodestruye. Deshacerse de ese sentimiento pasa por trabajarse su autoestima.  Pero esto no es de tu competencia. Lo es, si así lo quiere, de quien envidia, o sea, del otro, nunca tuya. Nunca.

2.- Quien envidia, no es una persona generosa. Si triunfa nunca se siente satisfecho y este sentimiento es muy perjudicial: 
a) para quien lo siente porque vive en una espiral de autodestrucción, como ya te lo señalé, y, 
b) para la persona envidiada. Y aquí entras tú. ¿Por qué? Porque el envidioso, por si no te quedó claro, tarde o temprano, te humillará y te descalificará en cualquier área de tu entorno: familiar, social y/o laboral ya que considera que los demás, tú, por ejemplo, consiguen las cosas sin dificultad y sin ningún esfuerzo.

3.- ¿Se puede evitar ser envidiado? No, no se puede. Aun cuando intentes pasar desapercibido siempre causarás envidia…por lo que sea. Por: tu color de ojos, tu inteligencia, tu capacidad docente, tu capacidad oratoria, tu casa, tu trabajo…la lista podría ser interminable si me dejas pensar un minuto más.

¡Ah, por cierto! Cuánto  más te relaciones con una persona, las probabilidades de suscitar envidias también aumentan.

Entonces… ¡mira qué bien! Ya tienes un “problema” menos. La envidia siempre estará ahí. No tienes ni que planteártelo.

4.- Si eres una persona inteligente, no tienes por qué, ni de qué, ni para qué caer en los entredichos y controversias en las que pudieras verte envuelto por causa de quien o  quienes te envidian puesto que todo se magnetiza negativamente sobre tu cuerpo, tu mente y tu corazón y, por tanto, toda tu energía positiva se malgasta y se negativiza, en suma, baja de vibración, como resultado de caer en las redes del envidioso.

“Sé manso y humilde como un cordero pero astuto como una serpiente” o dicho de otro modo, aprende, sigilosamente, a detectar a aquellas personas que sólo quieren tu desdicha, tu deshonor, tu tropiezo y tu desaparición como persona buena, honrada, solidaria, generosa, e innatamente equipada con un alto potencial de inteligencia, de madurez mental, y de autosatisfacción por lo que eres.

Me viene a la memoria el gran filósofo y pensador Miguel de Unamuno, quien se refirió a las connotaciones negativas de la envidia,  creando la siguiente expresión que ya pasó a ser parte del acervo cultural:

“La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual”.

Y  no dejo de pensar en la famosa y discutida frase atribuida a Don Miguel de Cervantes en el Quijote de la Mancha, frase que no aparece en el libro: “Ladran los perros, Sancho, señal es que seguimos cabalgando”. El ladrido es un ruido que se asocia cuando haces algo, cuando te arriesgas al cambio, cuando “cabalgas” en la vida, tu vida. Entonces… ¡dale la bienvenida al ladrido!

1.- La gente que te lo dice

Siempre que esto sucede, en principio, es porque te ama. No sé si adecuada o inadecuadamente ya que existen formas de amar. Ni tú, ni yo, ni nadie estamos en sus mentes. Creo que lo que realmente deberías hacer es algo tan simple como preguntarles: “para qué” te lo dicen. Sí, has leído bien, “para qué” y no “por qué”. Te digo esto ya que el “por qué” es enunciativo y no explica nada. Son como los titulares de un periódico, por ejemplo, “Accidente aéreo. Murieron todos los pasajeros y la tripulación”. ¿Dónde sucedió? ¿Cómo ocurrió? ¿Cuándo pasó? No explica nada. En cambio el “para qué” es explicativo y por lo general cuando preguntas bajo estos términos esperas como mínimo una respuesta, no sólo adulta, madura, sino también extensa y detallada. ¿Qué razón veraz se oculta tras lo que la gente te dice lo que te dice?

Mi sincera opinión es que tú no debes contestarles nada porque no eres responsable de ese sentimiento. En todo caso, sí eres responsable de intentar descubrir la envidia a tiempo evitándote  muchos problemas. 

Sé cauto a la hora de desarrollar confianza con las personas. Con esto quiero decirte que cuando  inicias una  relación interpersonal es natural que sientas desconfianza, pero no es conveniente que dicha relación nazca desde la desconfianza porque lo más probable es que siempre te quedes solo.

Siéntete orgulloso de ti y no permitas que penetre ese sentimiento llamado envidia en tu autoestima.

Sé cauto, siéntete libre, sé tú mismo.

Te deseo una larga vida y sabiduría para vivirla. Que tu Sol brille siempre.

Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez.

lunes, 26 de noviembre de 2012

¿QUÉ ES UN DECRETO METAFÍSICO?


Aprecid@visitante.

Dada la relativa complejidad de los temas que comparto contigo, he creído conveniente seguir con el desarrollo del Decreto Metafísico y cuando finalice el mismo, continuaré con la Afirmación Metafísica. Esta decisión la fundamento por mantener una continuidad evitando así posibles confusiones. Gracias por tu comprensión.

En una entrada anterior hemos analizado que la palabra en sí  misma es una vibración cargada de energía y poder con la cual puedes crear construyendo o destruyendo tu mundo interior y tu entorno y esto dependerá del uso correcto o incorrecto que hagas de ella. (Ver la entrada del lunes 26 de noviembre de 2012).

Jorge Hartkopf en su libro, “Metafísica Práctica” define el  decreto como: “Una afirmación verbal o mental sentida de tal forma que es capaz de producir el efecto de lo dicho”.

Las palabras que salen de tu boca no se las lleva el viento. La palabra es magia pura y tiene un destinatario. Incluso si en medio del campo gritas invocando a alguien, tiene un destinatario porque quedan plasmadas en forma de decreto. Tus pensamientos no se esfuman sino que también quedan plasmados en forma de decreto. 
La palabra es un pensamiento hablado. El pensamiento es un decreto silencioso, pero se cumple exactamente igual que un decreto pronunciado. Cada pensamiento o frase que dices o escribes se convierte automáticamente en un decreto el cual tarde o temprano verás  manifestado en tu vida.

Tus decretos son órdenes y tienen que ser cumplidas. El Universo, la Vida o como quieras llamarle, es impersonal y no selecciona cuáles decretos va a cumplir y cuáles no. Cumple absolutamente todos.

Si el decreto es positivo o negativo, será cumplido y se manifestará de igual manera. Por eso te recomiendo vigilar lo que piensas y cuidar lo que dices. Ser impecable con tus  palabras no es un lujo, es una necesidad.

Durante el día produces  infinidad de decretos, los cuales van a dar por resultado la realidad que estás experimentando y que en un futuro experimentarás. Quien se levanta diciendo  que tendrá un buen día, así lo tendrá más quien al amanecer diga lo contrario, será el día que obtendrá.

La clase de vida que tienes es el reflejo de lo que decretas

La buena suerte y la mala suerte no existen. Tú creas “la suerte” que tienes.

A las personas que todo les sale bien es porque decretan en positivo, siempre ven lo bueno de la gente y de las situaciones y es en lo que enfocan su palabra. Se les escucha decir… “Hoy es un buen día”, “Yo soy feliz”, “Yo tengo una vida excelente”, “Me gusta mi trabajo”, “Mi esposa/so es maravillosa/so”, “Tengo un buen jefe que siempre me reconoce y valora mi trabajo”, “Disfruto de la vida”, “Sabía que todo saldría bien”, “Yo soy próspero y saludable”. La lista podría continuar.

En cambio los que pasan el día en la queja, hablando mal de todo y de todos, de enfermedades, accidentes, falta de dinero, crisis mundial, resaltando las características negativas de otras personas, criticando y deseando el mal a los demás, eso es lo que obtienen.  Después esas personas ven manifestado lo que decretaron y se sorprenden por la vida que tienen culpando a todo y a todos de su “mala suerte” siendo que ellos la crearon.

Recuerda: “No es lo que entra por su boca lo que contamina al hombre, sino lo que de su boca sale; porque lo que de la boca sale, del corazón procede…”  Esto es  muy claro de entender. Lo que  decretas  con respecto a otros también te sucede. Si  haces un decreto a favor o en contra de alguien, lo decretado te será devuelto, pero multiplicado.

Cuando algo negativo te sucede, es importante examinar la clase de pensamientos y expresiones que tienes ya sea sobre ti o  sobre una  persona o situación en particular. El hecho de que no lo hayas pensado recientemente, no quiere decir que nunca lo  pensaste o expresaste. Si está presentándose, es porque lo fue en el pasado y ahora se te  está manifestando.

En una próxima entrada continuaremos con: el  uso del decreto y cuidado con lo que decretas.

Te deseo una larga vida y sabiduría para vivirla. Que tu Sol brille siempre.

Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez

La palabra: energía y poder


Lo que le dices a tus semejantes, te lo dices a ti mismo.

Apreciad@ visitante.

Si  cada uno de nosotros estuviésemos conscientes de que la energía liberada en cada palabra afecta no solo a quien se la dirigimos, sino también a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, comenzaríamos a cuidar más lo que decimos  por tanto presta mucha atención a las palabras que usas.

Las palabras que emitimos son el reflejo de  nuestro mundo interior.

Si constantemente te repites que no tienes suerte en la vida, luego no te lamentes si sientes que la fortuna nunca llama a tu puerta. Tus pensamientos y las palabras que son su manifestación tienen el  poder de construir tu futuro.

En la vida todo es una cuestión de confianza,  actitud y decisión. Si no crees en tus capacidades y en tus aptitudes, si no crees que tú puedes, estas emanando hacia los demás y hacia tu entorno una energía de baja vibración que provoca en los demás suspicacia y rechazo. Por el contrario si mantienes una actitud positiva transmites firmeza en los demás.

“No es lo que entra por su  boca lo que contamina al hombre,  sino lo que de su boca  sale; porque lo que de la boca sale, del corazón procede”.  En estos mensajes puedes  percibir una clara advertencia sobre el cuidado de las palabras que salen de tu boca como también las palabras no dichas pero sí sentidas porque por el Principio de Correspondencia y su subsidiario, el  Principio de Atracción o Boomerang, todo lo que tú dices, todo lo que sientes, todo lo que  piensas para ti y para los demás eso mismo estás atrayendo a tu vida. Es conveniente que recuerdes que las palabras son el medio de manifestación y  de expresión de tu espíritu y es por ello que tienes  que entrenarte hasta adquirir la capacidad de transmitir con tu lenguaje la fuerza creadora que siempre está presente en tu interior.

Cuando te haces consciente de esto ya no te es válido decir  “es que no lo sabía” porque lo que emites ya sea de alta o baja vibración, expande una onda con unos efectos sobre ti, sobre los demás y sobre tu  entorno, y genera unas consecuencias favorables o desfavorables según que tus palabras sean o hayan sido de alta o baja vibración respectivamente.

La palabra es magia pura y al decir magia quiero significar su verdadero significado: creación. Es por ello que, el que seas impecable con tus palabras deja de ser un lujo para ser una necesidad.

La palabra como instrumento de creación.


“Con desear una cosa, es la cosa misma que empieza”, dice Evans. Es decir que la cosa deseada ha comenzado su manifestación desde el corazón del Infinito hacia ti, es la aproximación de la cosa misma que produce en ti  una impresión que se llama deseo. Pedir es expresar un deseo, y cuando pides  con confianza, tocas un resorte especial que impulsa hacia ti lo que deseas. El Nazareno reconoció esta Ley cuando dijo “Pedid y os será dado”, “Golpead y se os abrirá”, “Pedid con insistencia”  porque sabía que YO SOY-DIOS- es la Sustancia de toda Provisión.
El primer paso de la materialización de un deseo es el pensamiento. Deseamos obtener algo y se concreta en la mente que lo transmite por la voz y se materializa por la vibración de la palabra.

Sin pensamiento no hay intención y por consiguiente no hay decreto.

En una próxima entrada veremos qué es un decreto y qué lo  diferencia de una afirmación.

Te deseo una larga vida y sabiduría para vivirla. Que tu Sol brille siempre

Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez 

jueves, 1 de noviembre de 2012

01 DE NOVIEMBRE


Hoy, 01 de noviembre de 2012, celebramos un día muy especial en el que hacemos un alto en nuestras tareas cotidianas para recordar a nuestros seres queridos que han desencarnado y físicamente ya no nos acompañan. Se dice que hoy es el día de los difuntos, de los que han muerto.

Hoy enciendo una vela blanca para mis seres queridos que físicamente ya no me acompañan.

En realidad, para mí, ellos siguen vivos porque están en mi recuerdo, en mi corazón y, si cabe, en alguna conversación. Sus energías me acompañan y de ellas tomo la fuerza para seguir haciendo  mi camino.

Sé que llegará el tiempo en que yo también desencarnaré pero hasta ese momento  sigo aquí en el mundo de los vivos, en el mundo de las formas, disfrutando cada nuevo día, que no es más que una manera de renacer, con los desafíos que me ofrece y que representan oportunidades de crecer interiormente intentando ser un poco más noble, más comprensivo, más tolerante. Es una ardua tarea, nadie me dijo que sería fácil y yo tampoco lo pensé así,  pero algo aprendí y es que tengo el derecho de caer tantas veces…pero también es mi derecho y mi elección levantarme y reflexionar sobre el “para qué” de esas caídas. Es el modo que conozco para poder invertir nuevamente toda mi energía en mi vida presente y en los vivos a mi alrededor disfrutando  con mis amig@s y conocid@s tanto aquellos que por razones de distancia no nos podemos ver como de aquellos que sé, están por llegar a mi vida.

En mi camino estoy acompañado por todas aquellas personas que me quieren y por las que  me estiman y también por ti apreciad@ visitante de mi blog, que es el tuyo, el de tod@s. Acompañado y amado por mi pareja sentimental y su familia; tuve la mía, la que elegí ante el Tribunal Kármico; la perdí físicamente pero hoy tengo la que el Universo, a quien le doy las gracias, me regaló. A esta, mi pareja y su familia, la mía, la nueva, las bendigo. A tod@s les doy mi honra y mi gratitud.

Hoy enciendo la vela blanca por  mis pérdidas que incluyen las renuncias conscientes e inconscientes de mis sueños, por la esperanza perdida de lo que pudo ser y no fue,  por lo que en mí habitaba y ya no.  Pérdidas que me acompañarán, pérdidas necesarias para estar más fortalecido.

Hoy también enciendo la vela blanca por todas las víctimas de mi país y  de mi tierra y de nuestro planeta, que han desencarnado de muerte violenta: de catástrofes naturales, explosiones, malos tratos, suicidios, negligencias, guerras, atentados…

Hoy enciendo una vela blanca para pedir LUZ y orar por todos ellos.



Oración para los que se van del plano terrestre diariamente

En el nombre de la Amada Presencia ´YO SOY´ en mí, invoco al Amado Arcángel Miguel a favor de todo hombre, mujer y niño que desencarne en este período de veinticuatro horas.

Córtales instantáneamente las ataduras magnéticas que los arrastran hacia la Tierra, a las pasiones y apetitos que puedan mantenerlos atados a la Tierra. Manda a tus huestes angélicas a envolverlos y llevarlos rápidamente a través del efluvio de la atmósfera terrena y que los lleven al plano de Luz y Paz, y los preparen para presentarse ante el Tribunal Kármico con sus vestiduras blancas como la nieve.

Que estas almas puedan ser llevadas a los planos donde mejor puedan aprender la Ley, y que reencarnen, si fuera necesario, en Armonía para ganar sus victorias individuales en la Luz.

Gracias, Amado Príncipe de las Huestes Angélicas, por Tu Presencia entre nosotros, por tu constante cuidado y protección de nosotros, a la hora de nuestro paso y en todos nuestros días.

Amén, ´YO SOY, ´Amén.

Apreciad@ visitante.

Te invito a honrar a tus seres queridos. Tú a tu modo y  yo al mío, pero  con la convicción de que aun por diferentes caminos llegaremos a la misma casa común.

Te deseo una larga vida y sabiduría para vivirla. Que tu Sol brille siempre.

Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez


Ángel del mes de noviembre




El ángel de noviembre es el ángel de humildad.

El ángel de noviembre nos impulsa a reconocer y apreciar el rol de apoyo que otros han jugado en nuestras vidas este año y hasta a agradecer a aquellos que nos han enseñado lecciones difíciles.

El ángel de noviembre nos guía a dar gracias de una manera nueva perdonando mejor heridas y remediando amistades frustradas. Es por eso que nos ayudamos unos a otros a ser realmente agradecidos por nuestras relaciones y las riquezas que traen a nuestra vida.

Apreciad@ visitante.

Te dejo aquí unas breves pinceladas sobre la humildad y te invito a que juntos reflexionemos sobre ella y logremos, de dicha reflexión, sacar sus beneficios.

Humildad…signo de fortaleza que nos hace dejar hacer y dejar ser. Signo de fortaleza  que nos permite reconocer las capacidades físicas, intelectuales y emocionales de los demás.

Humildad…signo de virtud que nos permite encontrar y reconocer  en nuestra propia persona aquello que nos gusta y lo que no nos gusta tanto, capacidades que no estamos aprovechando o cualidades que no estamos desarrollando.

Humildad…signo de fortaleza que nos ayuda a aceptar la situación e intentar supernos día a día.

Humildad…signo de virtud y fortaleza que nos permite ser conscientes de que no somos inferiores sino iguales a los otros. Nadie es más que nadie, pero tampoco menos.

Humildad…signo de evolución espiritual que crea serenidad y tranquilidad; que permite estar en armonía con uno mismo después de conocerse a sí mismo.

Humildad…signos de virtud, de fortaleza y de evolución espiritual que no sólo nos permite agradecer lo que otros nos han ofrecido en cada momento, tiempo y lugar, sino también perdonar porque éste es una expresión de amor que nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.

Humildad… no es un concepto, es una conducta, un modo de ser, un modo de vida.

¿Lo hablamos en familia?

Te deseo una larga vida y sabiduría para vivirla. Que tu Sol brille siempre.

Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez