lunes, 21 de diciembre de 2015

TRADICIONES 3. ORÍGENES DE LA NAVIDAD

SAN NICOLAS DE BARI


San Nicolás de Bari nació en el siglo IV en Pátara actual Turquía. A  los 19 años es ordenado sacerdote. Tras el fallecimiento de su tío, Nicolás Obispo de Mira, Nicolás fue nombrado como su sucesor. Fue detenido bajo el gobierno del emperador Licinio y liberado bajo el de Constantino. Participó en el Concilio de Nicea. Tras su fallecimiento, acaecido el 6 de diciembre del año 343 en Myra, alcanza la condición de santo y su popularidad se extendió por toda Europa. Se le atribuye el milagro de haber devuelto a la vida a tres niños que había muerto, por los cuales intercedió a través de sus oraciones.


Marineros italianos sustrajeron su cuerpo que estaba en poder de los musulmanes y fue trasladado a Bari en 1087 y de allí el sobrenombre de San Nicolás de Bari, aunque jamás pisara esta ciudad.
Es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía como lo es también de los niños y marineros.

DE SAN NICOLÁS A PAPÁ NOEL. UN POCO DE HISTORIA

En Antigua Roma se celebraban en invierno las fiestas religiosas en honor a Saturno, el Cronos de los griegos. A mediados de diciembre había ceremonias religiosas, juegos y fiestas; al final de las mismas los niños recibían regalos.
En el siglo XVI los niños dejaban un zapato junto a la chimenea, en la creencia de que San Nicolás bajaba por ella para traerles regalos, y entonaban cantos para agradar a San Nicolás.
Hacia 1.947 aparece un personaje parecido a San Nicolás vestido con una especie de hábito de monje repartiendo regalos y juguetes durante la noche del 5 al 6 de diciembre.


Probablemente, es Martín Lutero quien  introduce la figura de Christkind o el Niño Jesús como portador de los regalos haciéndolo el día 25 de diciembre. Generalmente, Kris Kringle es representado como un niño con el cabello rubio y alas de ángel.
La figura de San Nicolás comienza a esfumarse de la mente de los niños y sólo sobrevive en Holanda en donde es representado con ornamentos eclesiásticos, con barba blanca y montado en un burro. 


 Luego, en el siglo XVII, San Nicolás aparece en España, viajando desde Holanda en un velero y acompañado de su fiel sirviente musulmán Zwarte Piet  o Pedro el Negro1, quien decide qué niños merecen regalos y quiénes no.
1. Pedro el Negro fue un criado etíope que San Nicolás compró a piratas, para dejarlo seguidamente en libertad. Sin embargo, como el criado permanecía constantemente a su lado, San Nicolás decidió llevarlo consigo y educarlo.


En el Mediterráneo, se  le representa con ornamentos episcopales y sus atributos son tres bolsas de oro con las que libró de la prostitución a las tres doncellas, los tres niños resucitados y un ancla, como protector de los hombres de mar, pues estando en Palestina dicen que calmó una enorme tempestad.
Alrededor del año 1624, los inmigrantes holandeses que fundaron Nueva Ámsterdam (ahora Nueva York), trajeron consigo una imagen del santo y la costumbre de celebrar su día el 6 de diciembre.
El nombre de Santa Claus fue una evolución del apodo holandés del santo, Sinter Klaas, el cual es en sí una abreviación de Sint Nikolaas.

En el año 1809, Washington Irving, escritor de origen estadounidense, publicó un libro donde nombró a Santa Claus como "guardián de Nueva York", incrementando su popularidad entre los demás inmigrantes de origen no holandés.
Irving describe la supuesta llegada del santo, cada víspera de San Nicolás (6 de enero). Lo representa ya sin ropas de obispo y dejando el caballo blanco para llegar en un corcel volador y sin su fiel Pedro el Negro desapareciendo éste de los festejos posteriores.

El poeta y luterano  Clement Moore, Europa (1883) nos presenta un  Santa Claus viajando alrededor del mundo en un trineo volador dirigido por ocho renos para repartir regalos en los hogares describiendo a Santa Claus como una figura alegre, rechoncha y de pequeña estatura similar a un gnomo y lo más decisivo es que Moore situó la llegada de Santa Claus en la  víspera de Navidad.

En el año 1881, el humorista político Thomas Nast, se inspiró en el poema de Moore y dibujó la primera caricatura del Santa Claus que conocemos  pues añadió los detalles del borde blanco al traje, con gorro, botas altas y un saco repleto de juguetes, ubicando el taller de Santa Claus en el polo norte donde trabaja con sus duendes, los ayudantes.

En los últimos años del siglo XIX la figura de Santa Claus deja de ser asociada con una religión o nacionalidad específica, convirtiéndose así en patrón de todos los niños, no solo en los Estados Unidos, sino en Latinoamérica, y en muchos otros países alrededor del mundo.

El mito actual cuenta que Papá Noél vive en el Polo Norte junto a su esposa, la Señora Claus, quienes dirigen un taller de juguetes donde, con la ayuda de cientos de duendes, se fabrican todos los regalitos que los niños buenos y obedientes recibirán en Navidad.
Se dice que Santa Claus sale en la noche del 24 de diciembre a repartir dichos obsequios, viajando por los cielos en su trineo, aprovechando cuando los niños duermen para entrar por la chimenea o la ventana para dejar los regalos debajo del árbol.
NACE PAPÁ NOEL
A finales del siglo XIX y principios del XX la costumbre del San Nicolás reinventado en Nueva York, se fue extendiendo por casi toda Europa. En Gran Bretaña se llamaría Father Christmas o Padre Navidad y en Francia Pére Nöel o papá Navidad, del cual deriva Papá Noél.
NACE EL SAN NICOLÁS ESTADOUNIDENSE
En Navidad de 1930 la empresa de bebidas Coca-Cola publicó una imagen de Santa Claus escuchando peticiones de niños en un centro comercial. A pesar del éxito que tuvo, dicha empresa le encarga al  pintor Habdon Sundblom que remodele el Santa Claus de Nast. El artista, que tomó como primer modelo a un vendedor jubilado llamado Lou Prentice, hizo que perdiera su aspecto de gnomo y ganase en realismo. Santa Claus se hizo más alto, grueso, de rostro alegre y bondadoso, ojos pícaros y amables, y vestido de color rojo con ribetes blancos, que eran los colores oficiales de Coca-Cola. Los dibujos y cuadros que Sundblom pintó entre 1931 y 1966 fueron reproducidos en todas las campañas navideñas que Coca-Cola realizó en el mundo, y tras la muerte del pintor en 1976, su obra ha seguido difundiéndose constantemente.
Hoy puede decirse que la figura de Santa Claus constituye la advocación más universal y conocida, y también la más laica y comercial, de todas las derivadas del San Nicolás de Bari que desde el siglo IV se ha considerado tradicional protector de los niños.

Apreciad@ visitante.
San Nicolás de Bari repartió su riqueza entre los pobres, fue amigo de los niños y amante de la justicia. Esto debería invitarnos a practicar la bondad y la generosidad con los que menos tienen y sin discriminación de ningún tipo por nuestra parte.
Necesitados los tenemos siempre y muy seguramente que en tu ciudad o en tu barrio hay alguno que en esta Navidad espera un regalo, y nadie dice que deba ser grande y costoso. Un abrazo, una sonrisa, una palabra alentadora o…simplemente escucharl@. Pero me dices que hace tiempo que ya no crees en Papá Noél, o Santa Claus o el Niño Dios. Que eso es una fantasía, una mentira y…que es de críos.
 Permíteme contarte algo personal. A mis 8 años me dijeron que el Niño Dios no era quien me traía los regalos sino que eran  mis padres. ¡Qué desilusión! Pasó mucho tiempo hasta que otras personas me enseñaron aquello que posiblemente ya sea de tu conocimiento, todos tenemos un Niño Interior. ¡Qué descubrimiento y qué hermoso regalo me hicieron! Al dialogar con mi Niño Interior descubrí que todos los 24 de diciembre seguía esperando que el Niño Dios le trajera un regalo. A partir de ese momento el regalo se lo hacía  yo. Había rescatado la creencia, mi creencia, en el Niño Dios.  Hoy los regalos  se los hace mi pareja y yo a él. Afortunadamente ambos seguimos manteniendo vivo el Espíritu de Navidad.
Creo que tu Niño Interior tiene cosas que decirte y entre ellas…que le hagas un regalo por Navidad. Resucita en ti el Espíritu de la Navidad que entre otras cosas es la oportunidad de regalar y regalarse. El qué, te lo dirá tu Niño Interior. Si es así, habrás rescatado un mito para volver a hacerlo realidad.
Que la alegría y la paz de la Navidad nos acompañe siempre.
Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez
FUENTES.



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