jueves, 25 de octubre de 2012

6º Principio Universal


Relación del Principio de Causa y Efecto con el Principio del Karma.


¿Cómo se relaciona el principio que tratamos hoy con el Principio del Karma?

El karma es el Principio que busca el equilibrio de las cosas, es un subsidiario del Principio de Causa y Efecto, y establece que nuestras acciones físicas, verbales y mentales son causas, y nuestras experiencias son sus efectos. La palabra karma significa “acción” y se refiere principalmente a nuestras acciones físicas, verbales y mentales. Las acciones que efectuamos dejan huellas o impresiones en nuestra mente sutil que, con el tiempo, producen sus correspondientes resultados.

Al renacer traemos nuestro karma, por lo tanto él representa “lecciones” para aprender y así poder crecer interiormente.  El karma representa el “debe” y no un  castigo impuesto por nadie sino una curación para el alma. Como decía un maestro gnóstico: “hay que sonreír a las adversidades de la vida, esa es la ley”. 

Sólo reconociendo el profundo significado del  Principio del Karma podremos superarnos aprendiendo de los errores cometidos en vidas pasadas o seguir arrastrándolos hasta la nueva encarnación a los que se sumaremos los cometidos en la encarnación presente.  A su vez, la contracara del karma es el dharma o el “haber” por el cual tarde o temprano se nos devuelve la consecuencia de nuestras buenas acciones.

En síntesis, el karma sería como un frontón que nos devuelve la misma pelota que lanzamos a la pared, una y otra vez, sin parar, pero en este caso, lo que nos devuelve son las consecuencias de nuestras malas obras mientras que el dharma nos reembolsa  las consecuencias de la buenas obras que hayamos realizado.

Apreciad@visitante.

La Ley de Causa y efecto te enseña que debes ser consciente de tus actos. Cada pensamiento o acción que inicias es una causa que, indefectiblemente, tendrá su efecto. Si peleas y discutes con la gente a tu alrededor (causa), el resultado será un gran conflicto (efecto). Sin embargo, si haces favores y ayudas a otros (causa), también recibirás lo mismo en algún momento (efecto) aunque quizás los favores nunca provengan de las personas a quienes has ayudado. Por eso es que todas las religiones del mundo enseñan a hacer el bien. La única manera de vivir bien es generando buenas acciones pero que esta actitud no se degenere en un “chantaje” a Dios, al Universo, al Ser o en quien tú creas. Que tu pensamiento no sea el de hacer buenas acciones para recibir a cambio de Dios, Universo o Ser lo mismo que has dado ya que la recompensa de tu acción está en la acción misma. Si das, haces o entregas, que sea con Amor a tal punto que ni siquiera esperes del otro su gratitud. Si, por ejemplo, haces una donación (dinero, ropa, comida no perecedera) hazla de forma anónima de tal modo que “lo que haga tu mano derecha no lo sepa tu izquierda”.

Experiencia personal

Lo que sigue me sucedió cuando cursaba el 5º año en la facultad de odontología, concretamente la asignatura Clínica de Prótesis II Curso.

En el mes de marzo, inicio del período lectivo, entre mi paciente y yo habíamos llegado a un acuerdo según el cual del 100% del costo de sus prótesis pagaríamos el 50% cada uno.

Llegó el mes de octubre, a un mes de finalizar el curso, y mi paciente me comunicó que no podía pagar el 25% que le faltaba. Esto significaba que yo debía absorber dicha deuda lo cual no me era posible pero también implicaba perder el curso. Todas las prácticas, que había realizado durante siete meses, carecían de valor. Me sentía desanimado. Mi amiga Adriana S.S. (más que amiga, mi hermana) quería ayudarme más no encontraba el modo de hacerlo. En mi mente sólo rondaba la idea, nada agradable, de aceptar la evidencia de dejar de cursar dicha asignatura y hacerlo  al próximo  año. 

Cuando mi compañero de prácticas se enteró de mi situación ideó un plan, su plan…vendió uno de  sus cachorros (era criador de perros de raza) y me regaló ese dinero para que yo pudiera  pagar mi deuda y no perder un año de estudios.

Los detalles de esta, mi experiencia, esencialmente son dos. Uno de ellos es que el favor me vino de alguien de quien yo menos me esperaba. El otro gran detalle es que en ese momento en que me sucedió lo relatado yo no tenía conocimiento de la existencia de los Principios Universales y por lo tanto tampoco como funcionan. Para eso todavía tenía que recorrer bastante camino.

Lo que quiero dejarte como mensaje es que sin yo conocer la dadivosidad del Universo, de él  siempre he tenido su provisión.
Hoy que conozco cómo hacer funcionar los Principios o Leyes del Universo a mi favor, la ayuda me llega más rápido, a su debido tiempo pero más rápido.

De cómo logré esto te lo iré contando poco a poco para que puedas asimilarlo.

La intención al crear mi blog, que es también el tuyo y de todos,  no es otra que compartir contigo mis experiencias  pero siempre debes recordar de usar tu sensatez y tu libre albedrío en cada mensaje que lees; ten presente que el poder de la verdad está en tu interior y es él el que te guiará  para saber cuál de ellos tomar o cuál desechar. El que tomes es el que te hace vibrar.

Te deseo una larga vida y sabiduría para vivirla. Que tu Sol brille siempre.

Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez.

PS. A ti, mi generoso compañero de curso te digo... lo siento porque  he olvidado tu nombre pero no tu rostro y mucho menos tu generosidad para conmigo. En su momento te la agradecí; hoy te rindo un homenaje muy sentido.

Lo que hizo tu mano derecha nunca lo supo tu izquierda y tu regalo queda así en el anonimato.

De mi parte te deseo que el Universo te devuelva mil veces más de lo que en su momento me diste; mil veces más y  libre de impuestos por toda la eternidad.

Así sea. Hecho está. Gracias Padre porque me has oído y sé que lo haces siempre. Amén, YO SOY,  Amén

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