El pasado domingo 9 del corriente mes hemos asistido a la
clausura de los Juegos Paralímpicos.
Fue una ceremonia, para mi gusto,
encantadora por su colorido, su música, su estética, su simbolismo y por lo
representativa en general. Pero quedarnos sólo en eso, es limitarnos a lo
superficial. Si hacemos un recuento
rápido, y no por ello incompleto, podemos sacar un valioso aporte para nuestro
crecimiento como seres humanos integrales, y digo esto porque en definitiva
somos eso: cuerpo-mente-espíritu.
Más allá de la definición académica del término
“discapacidad”, “discapacitado/a”, hoy rindo mi más sincero y sentido homenaje
a todos los participantes; también a los que no pudieron asistir a Londres y a
aquellos que en su cotidiano vivir son –somos- discapacitados en alguna medida.
¡Gracias!
Gracias a cada uno de ustedes que han venido a
recordarnos que nosotros también podemos:
Trabajar nuestra autoestima para salir de la queja, dejar de vivir
en la lástima, en la victimización, en el dolor y en el sufrimiento.
Que podemos trabajar nuestro interior para llegar a saber “quién soy
y qué quiero ser”.
Que podemos decidir y hacernos responsables de nuestras decisiones.
Que podemos tener objetivos claros.
Que los fracasos no existen, sólo son nuevos intentos.
Que caemos, para levantarnos con fuerzas renovadas, y seguir
hacia delante con mayor determinación.
Que lograr un objetivo no es lo principal, sino el modo en que
hicimos el camino para llegar a la meta.
Que llegados a la meta comienza una nueva responsabilidad.
Que “ser humano y vivir humanamente es soltar las ligaduras, las
muletas, las cadenas del espíritu y volar siendo sí mismo, peligrosa y
apasionadamente libre y responsable”.
Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez
Vive sin límites
Muy buena entrada! yo también me uno a tu homenaje!
ResponderEliminarGracias a ti Mariale porque con tu comentario también te sumas a esta hermosa "aventura" de lograr intentar un mundo, nuestro mundo, cada día mejor.
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