Apreciad@
visitante
Y, por si no tienes quién te abrace… (Cont.)
Tienes algunas opciones, como:
2.
Abraza a
tu mascota
“El intercambio afectivo con el animal mejora el estado emocional del
propietario que se siente acompañado y se mantiene activo porque debe llevarlo
de paseo y asumir la responsabilidad de su cuidado, aumentando así la seguridad
en sí mismo”. (Katcher,
A. H. 1985)
Beneficios físicos
Incrementa la actividad física y mejora las
habilidades motoras, el equilibrio y la coordinación; también disminuye el
estrés.
Beneficios psicológicos
Aumenta
la autoestima y las interacciones sociales; desarrolla sentimientos de
empatía (o capacidad de ponerse en el lugar del otro)
y respeto hacia los demás, y habilidades de ocio.
Impulsa
el desarrollo de la autonomía, responsabilidad, confianza, seguridad y
sensación de sentirse útil. Aumenta la estabilidad emocional mejorando la salud
mental.
Reduce
la ansiedad, el estado depresivo y el sentimiento de soledad.
3. Abrázate
El autoabrazo puede
generar más confianza, elevar la autoestima,
brindar calor, contribuir al autoconocimiento del propio cuerpo y los
límites impuestos por nuestra piel.
Ejercicios
sencillos para abrazarse uno mismo
Método
A
Cierra tus ojos… respira
suavemente y a continuación:
1. Pon tu mano derecha en
tu hombro izquierdo por debajo de tu brazo izquierdo.
2. Pon tu mano izquierda en
tu hombro derecho por encima del brazo derecho.
3. Trata de poner las manos
lo más que puedas en tu espalda.
4. Recuesta tu cabeza en el
hueco formado por tus brazos.
5. Aprieta fuerte, fuerte.
6. Y mientras te mantienes
en esa posición di a ti mismo de manera
suave, amorosa, con mucha ternura: “cuanto me quiero”.
Observación: si eres zurdo debes
cambiar de lado las instrucciones, y si eres ambidiestro abrázate una vez para
cada lado.
Método
B
Cierra
tus ojos… respira suavemente… y ahora rodéate
con tus brazos con toda la fuerza
que te sea posible. Siente el calor de tus manos en tu cuerpo,
siéntete en confianza contigo mismo-a. Centra tu
atención en las sensaciones placenteras que tienes en este momento y mantenlas
todo el tiempo que te sea posible. Mantén tu respiración tranquila.
Cuando lo creas conveniente, ve soltándote lentamente.
Sigue respirando pacíficamente y ve soltándote suavemente. Abre tus
ojos lentamente y agradece
al Universo, a Dios o a ti mismo-a la experiencia amorosa que has vivido.
Te deseo una larga Vida y Sabiduría para Vivirla. Que tu Sol
brille Siempre.
Jesús de los Ángeles
Rodríguez Martínez
Fuentes
Imágenes tomadas de la web
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