sábado, 1 de diciembre de 2012

MENSAJE DEL ÁNGEL DE DICIEMBRE


El ángel de diciembre es un ángel de generosidad.

El ángel de diciembre celebra con nosotros este tiempo de dar regalos a todas las criaturas salvajes y a todos los hijos de Dios. El ángel de diciembre nos guía a unir nuestras manos con personas de todas las razas y religiones, reconociendo a todos, compartiendo   la responsabilidad de repartir alegría y salud en la tierra.

Inspirados por el ángel de diciembre, podemos celebrar esta temporada la hermandad haciendo una acción de amor cada día de diciembre tratando de dar calor y luz en otra vida.

Apreciad@visitante.

Hoy más que nunca en nuestra sociedad se ha acentuado la exaltación -como valores supremos-, de la comodidad, el éxito personal y la riqueza material haciendo que, en apariencia, la práctica de la generosidad, el dar y el darse, ya no sea “moneda de curso legal”.

Generosidad, ¿un valor pasado de moda?

Generosidad: concepto que, sin darnos cuenta, se está perdiendo poco a poco porque entre otras cosas, much@s creen que cuando damos algo por nada es que hay una intención detrás, sin detenerse a pensar que aún existimos los que damos desde el Amor a los demás y muchas veces, casi siempre, desde el propio olvido. A pesar de lo mucho que se empeñe la desvalorización de la sociedad en general, todavía, hay muchas personas que son ejemplos silenciosos de generosidad porque son actos de verdadero Amor desinteresado. No me atrevo a citar ejemplos de mujeres y hombres que son modelos que sin duda deberíamos seguir, y no me atrevo, porque la lista es muy larga y el olvidarme de alguien sería una falta de consideración y respeto.

Solo digo que: al que tuvo hambre y le dimos de comer; tuvo sed y le dimos de beber; fue extranjero  y lo recibimos; estuvo desnudo y lo vestimos; enfermo y lo visitamos; en la cárcel y fuimos a ellos; son actos de generosidad.

Sonreír a los demás, siempre; tener un pequeño detalle con nuestra familia tan simple como respetar el silencio y las decisiones del otr@ o como dejar que los demás escojan la película que se va a ver este fin de semana; leerle el periódico al vecin@ que quedó cieg@ y está sol@   -y mi lista queda incompleta-, son  actos de  generosidad.

Incluso con nuestros defectos y miserias, porque son partes innegables  de nuestra humanidad, cuando nos volcamos hacia los demás olvidándonos de nosotros mismos, podemos hacer una diferencia en la vida de alguien y en la nuestra.

Cuando se entrega lo que sólo uno puede dar y que no puede comprarse en ningún centro comercial, es cuando la Verdad se ilumina y sobre todo, cuando entendemos y vivimos la generosidad en su más profundo sentido: la entrega de sí mismo.

Dejemos en nuestra vida un poco de lugar a los demás y entreguemos lo que tenemos, así, sin más. En silencio, sin reflectores. Ahí, donde está la Paz.

Te deseo una larga vida y sabiduría para vivirla. Que tu Sol brille siempre.

Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez

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