¿Quién voy a ser mañana?
Poema sobre la muerte,
Dios y el SIDA
Juan Carlos Alecsovich
Apreciad@ visitante.
Hoy, 1 de diciembre, se conmemora el Día Mundial de la Lucha
contra el SIDA y si bien esto es importante, no deja de preocuparme tanto la
pandemia en sí misma como lo difícil de enfrentar a una sociedad desinformada
que aún no entiende lo que esto significa.
Buscado o encontrado el VIH/SIDA es una realidad en la que no
cabe el “por algo será”. Persistir en
ello sería como “seguir llorando por la
comida que se quemó”.
Si tu pensamiento ante un enfermo de VIH/SIDA sigue siendo
“por algo será” te invito a que lo cambies por el “sigo haciendo algo” o “comienzo a hacer” y esto tal vez
signifique lo más elemental: pre-ve-nir-te.
¿Prevenir-te
de qué? De juzgar y
de discriminar a los enfermos y seropositivos; de seguir creyendo que el
VIH/SIDA es un castigo divino; de ignorar lo más sencillo: que VIH no es lo
mismo que SIDA; de evitar el diálogo con
tu familia; de tomar medidas tales como
sexo protegido, no compartir tus elementos de higiene dental ni
maquinillas de afeitar, sólo por citar algunas.
Mi lista podría ser muy extensa.
¿Prevenir-te
de qué? De lo más
elemental…de tu ignorancia y de tu miedo sólo ante la mención de estas siglas,
que van más allá de ser eso: siglas.
Y si eres tú quien está atravesando el camino de esta
enfermedad…no la niegues, enfréntate a ella con todo tu valor, con toda tu determinación, con todo tu amor. Siempre hay algo por hacer, siempre hay un mañana
esperanzador.
Confía en tu familia, en tus amig@s, confía en ti.
Si bien es real que llegará el momento en que sólo
desaparecerás físicamente, no es menos cierto que hasta que ese instante
llegue, el/la únic@ responsable de la calidad de tu vida
eres tú.
Enferm@ o no de ésta o de cualquier otra
dolencia física, psíquica o espiritual sigues siendo importante para mí.
Con todo
mi afecto
Jesús de
los Ángeles Rodríguez Martínez
Una
historia real
Juan Carlos Alecsovich, en noviembre de 1994, tuvo un
accidente doméstico sufriendo una lesión en su codo izquierdo que requirió
cuatro puntos de sutura, presentando, además, una inflamación desproporcionada
en el brazo lesionado, por lo que su médico le solicitó un test de VIH aun
cuando el paciente le aseguraba no ser promiscuo, no tener relaciones extra maritales ni ser drogadicto.
La noche anterior a los resultados del test Juan tuvo miedo y
preocupación. Miedo a lo que su
familia pudiera pensar de él. Preocupación
porque hasta ese momento no sólo había ignorado a los enfermos de SIDA sino que
también los había juzgado.
Esa noche bajo una óptica diferente Juan Carlos escribió un
poema que tituló “Si volviera a Vivir” que dedicó a “esta Humanidad enferma de Sida,
con el arrepentimiento y el amor de ´Juan¨.
“Si
volviera a vivir”
Si
volviera a vivir, si eso fuera posible,
gozaría
más de la Vida.
Dejaría
para después de la Muerte
lo
que hubiera después de la Muerte.
Dejaría
que Dios se ocupara de las cosas
que
son de su incumbencia
y
buscaría la forma
de
integrarme a su Obra
desde
dentro de ella.
Si
volviera a vivir le daría a mis ideas
la importancia que tienen
entre
tantos millones de soles
que
se queman inexorablemente…
Usaría
sin culpas el don del albedrío
para
aceptar las cosas, así, tan simplemente
como
son en sí mismas, reconociendo el Orden
de
un Orden que supera mi razón,
sus
razones, sus predecibles usos,
sus
previsibles miedos, su envoltura de carne,
su
intrascendente intento de una supervivencia
que
le otorgue dominio sobre el poder del Tiempo.
Si
volviera a vivir, si eso fuera posible,
viajaría
hacia adentro de mí, donde estoy confinado,
estremecido
y solo, en esta irrepetible aventura de estar vivo,
en
la que sé que muero porque sería una piedra
si
algo me hiciera eterno.
Si
volviera a vivir, no construiría más templos;
no
endiosaría mis miedos;
volvería
a la sencilla ceremonia secreta
de
saber que estar vivo
es
sólo una manera de estar
y, quizá el único don que no asumimos hasta
que estamos solos,
abandonados,
débiles, al margen
de
todo eso que fue la presuntuosa visión antropocéntrica
que
me trajo a este instante del Cosmos y mi cuerpo…
Si
soy, como creía, su Verdadera Imagen,
Dios,
para ser mi imagen,
¡debería
tener SIDA!
“Nada
deshumaniza tanto a los Hombres
como
esa estúpida sed de eternidad que los corrompe;
convirtamos
a Dios en Dios de Vida,
amando, a los que viven. ¡Todavía!”
“Juan Carlos Alecsovich –Escritor, 73 años, tres hijos, ocho nietos, casi, casi inmortal
gracias a ellos y a la Vida”.
NOTA
El resultado del test dio negativo pero Juan consideró que
toda la noche estuvo con Sida. Su brazo se desinflamó, su vida retornó a la
normalidad, pero el día mundial del Sida, hizo trescientas copias de su poema,
firmado solamente son su nombre: Juan, y los repartió, por la calle, doblados
en cuatro, a cuanta persona se le cruzó.
*Juan
Carlos Alecsovich vive en Bahía Blanca – Provincia de Buenos Aires, Argentina y
es Presidente de HOY por MAÑANA , centro de Prevención de la Desnutrición
Infantil y el Voluntariado Relacionador
Social “Irena Sendler”, Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires,
Argentina.
FUENTES: http://www.martarepupilli.com.ar
Juan
Carlos Alecsovich - Argentina | LinkedIn
www.linkedin.com
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