miércoles, 14 de diciembre de 2016

Navidad 2016

“¿Qué tenemos que hacer”
“El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo” (Lucas 3,11).


Con estas palabras Juan el Bautista responde a nuestra pregunta cada vez que miramos la realidad actual. Realidad, por otra parte,  que nos sobrepasa y no sabemos cómo concretar nuestra respuesta.

Este predicador itinerante no nos propone ritos sagrados como tampoco normas o preceptos sino que nos invita a compartir con el corazón abierto mirando atentamente las necesidades de los que sufren, compartiendo lo que tenemos: ropa y comida con aquellos que no las tienen.


En un mundo donde la miseria, las guerras, la injusticia social, los refugiados y migrantes que huyen para morir en medio del rechazo, y otras situaciones que causan sufrimiento y dolor,  nos crea un sentimiento de solidaridad con todos ellos –hombres, mujeres y niños- pero al mismo tiempo nos hace sentir impotentes y es cuando nos preguntamos: ¿qué podemos hacer? El Bautista nos ofrece la respuesta, clara, franca, directa: compartan sencillamente lo que tienen con los demás.

El Papa Francisco, en su Bula de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia,  nos dice: “Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a  escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de  nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo.” (Misericordiae Vultus. Francisco. 15)

Vivir la fraternidad es más simple de lo que nos  puede parecer. Solo tenemos que mirar al que está a nuestro lado y descubriremos que ese alguien necesita algo y con suma urgencia: un juguete, un libro, afecto en nuestro  corazón para dar, cordialidad  para demostrar, alegría para comunicar, tiempo para poner a disposición, oraciones, riquezas interiores de palabra o  por escrito.

¡Ah! “Y una hermosa y sincera sonrisa siempre que podamos a todos sin excepción y en todas las circunstancias. También a aquellos que no nos simpatizan o tal vez nos han herido o hecho algún mal. También cuando estemos cansados o totalmente agotados. Este gesto tan sencillo, de verdadera alegría y de amor, puede ser también un hermoso regalo de Navidad.” (Papa Francisco)

¡Sonríe, y que tu sonrisa diga a los demás cuánto los ama el Padre-Madre Universal!




Apreciad@ visitante

En  muchos  hogares  de creencias cristianas tener un pesebre o un nacimiento y/o un árbol decorado con luces y estrellas  forman parte de las tradiciones navideñas. También lo son los villancicos, enviar tarjetas con frases de felicitaciones, hacer regalos, decorar la mesa y presentar los mejores menús.

Pero esto solo es una parte. ¿Importante? Es posible. 

¿Trascendental? Ciertamente no  porque si te  dejas llevar solo por “las luces y colores” propias de esta celebración  habrás  olvidado su verdadero significado: abrir las puertas de tu corazón al Espíritu del Amor. Es esta Energía Cósmica Creadora –que llega a todos por igual, creyentes o no creyentes- la que te impulsa a mirar a través de los ojos de tu corazón para dimensionar  la importancia de dar y ayudar, de sentir y crecer interiormente, de compartir sin esperar nada a cambio, o sí… solamente la alegría de tu corazón, de tu alma. Y si crees que no tienes nada que compartir y nadie es el destinatario de tu acción permíteme sugerirte lo contrario.  Tienes un corazón para sentir y emocionar. Tienes manos que dan y apoyan. Y lo más importante: tienes Amor. Amor para ti; amor  para los que te rodean; amor  para compartir. Sí, tienes Amor que es la más poderosa de las herramientas.

Podrás compartir lo espiritual y lo material pero no habrá beneficio ni para ti ni para el destinatario si no compartes con el corazón desde la bondad y el respeto hacia ti y hacia los demás.

Que el Espíritu de la Navidad y la Energía Cósmica del Amor sean contigo hoy y siempre.

Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez








Fuentes

slideplayer.es
Imágenes tomadas de la web


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