lunes, 9 de mayo de 2016

La vida discurre allá afuera esperándote




El mundo ha cambiado casi tan bruscamente que tengo la sensación de que la “cuesta abajo” ya comenzó: la escalada de violencia es cada vez más importante: robos, secuestros, violaciones, crímenes, maltrato de género…


La corrupción en todos los niveles de la sociedad se ha instalado para, al parecer, quedarse a vivir. 

El cambio climático nos afecta en mayor o menor medida a todos por igual. Las superficies de los grandes hielos comienzan a menguar a pasos agigantados contaminando los océanos y alterando su flora y  fauna poniendo en riesgo el alimento que de ellos podemos  obtener.

Otro tanto sucede con los sembradíos por efecto de las sequías y las  inundaciones que también  afectan pueblos y ciudades.
Terremotos, incendios…

¿Y qué decir de los deportados y de los exiliados, voluntaria o involuntariamente, con razón o sin ella? Campamentos de refugiados que dejan de serlo para transformarse en simples “vertederos” de seres humanos que no saben ni tienen a dónde ir, mientras los responsables, o mejor  dicho, aquellos a quienes por nuestra comisión u omisión les hemos otorgado la responsabilidad de bregar por nuestros más nobles intereses, aún no han tomado una decisión al respecto.

Conseguir un trabajo digno se ha transformado en un “milagro” cuando debería ser un derecho. Cada día se exige más cualificación pero… o falta experiencia (¿qué experiencia puede tener un recién titulado?) o sobrepasa la edad fijada por los empresarios.

Niños, jóvenes y adultos  se ven obligados a prostituirse por un plato de algo llamado comida o buscarla en los contenedores de basura.
Y de la venta y el consumo de estupefacientes qué puedo decir que no se sepa.

Tristeza, amargura y dolor por los amigos que un día lo fueron y ya no lo son; por nuestros muertos  y nuestros enfermos; por los proyectos que ya no se cumplirán. 

Apreciad@ visitante

El escrito anterior bien puede ser de cualquiera de nosotr@s y analizarlo en su todo y sus partes significativas no es el  propósito de esta entrada. Si bien queda claro que quien sienta y vea el mundo o “su realidad” desde esa perspectiva es evaluarla de forma negativa. No niego que la realidad del momento actual está conformada por una mezcla de todos los aspectos narrados por nuestro escritor imaginario, pero el mundo no es un lugar sólo de sombras, de melancolía, de resignación, de desesperanza, de tristeza y de dolor. Lo que puede estar sucediendo es que ya nos  hemos habituado, y tal vez peor aún nos hemos adaptado, a vivir en la  oscuridad y creemos, casi a pie juntillas,  que  no hay otro modo de vivir en nuestro planeta. Inmersos en nuestro mundo opaco ya no despierta nuestro interés porque ese hábitat  que nos hemos construido es para nosotros “real” y no advertimos que ya hace tiempo  que olvidamos nuestro entorno, inmediato y mediato, que con sus más y sus menos, sigue allí, esperándonos.

Los cantos de sirenas son cautivadores, y con esto me refiero no al mito sino a nuestras construcciones mentales que nos hacen ver la realidad a través de un velo sombrío que nos lleva a evitar situaciones de plenitud; y así vamos postergando encuentros con amigos, el compartir un café, el darnos la oportunidad de conocer a alguien y, ¿por qué no? ampliar nuestro círculo social. Perdemos el interés por buscar un nuevo empleo; caminar por la playa; recorrer las calles de nuestra ciudad descubriendo rincones que por su belleza nos asombraría. La lista puede ser muy larga, pero se puede resumir diciendo que nos hemos quedado sin proyectos de vida y poco a poco nos vamos sumergiendo en una posible depresión.

El ver esa realidad distorsionada no es otra cosa que estar enfocad@s en cosas negativas. Me pregunto qué me contaría alguien  si le pido que me relatase el recuerdo que le hace sentir pletórico de felicidad estando en ese estado de “su realidad” deformada. 

Posiblemente no pueda hacerlo. Y no puede porque está distraíd@ en sus cosas negativas cargadas de censura, de prohibiciones, juicios y prejuicios, de los “debería”, de los “¿y si…?”, de desaprobación, protesta, rencor, ira, recuerdos y desamor, de victimismo y condena.

Me pregunto qué sucedería si te lo pregunto a ti.

Con todo eso guardado en  tu “mochila” y habiendo decidido ponértela en tu espalda, no me cabe duda que tu camino se hace duro, muy duro, al andar.
Como siempre es tu decisión el sufrir pero recuerda que esa actitud es una pérdida de tiempo porque es imposible que puedas evitar experimentar dolor a lo largo de tu vida por la muerte de tus seres queridos; por la de tu mascota; porque te has quedado sin tu casa  o por la pérdida de tu empleo. Y sí, te has quedado sin empleo que no es lo mismo que estar desocupado porque seguramente tienes una gran e importante ocupación: la de ti mismo. Tu aseo personal; las actividades de tu vida diaria como el  comprar los suministros para tu alimentación y  para tu casa, y esto incluye el  limpiarla; lavar y planchar tu ropa, arreglar  tu cama, etc.

Posiblemente estás distraíd@ mirando las caricias y el amor que hay a tu alrededor; estás distraíd@ mirando sólo las desgracias de este mundo, desgracias que siempre han estado a lo largo de la historia; las actuales no son más que una repetición de aquellas que por el  tiempo en que sucedieron  te parecen muy lejanas. Ya ves, la historia siempre se repite o, dicho de otro modo la historia no es más que una repetición de hechos y sucesos.

No estás desocupad@ porque en realidad ocupas tu tiempo en darle vueltas y más vueltas a la “culpa”. El que la cargues o no da igual. Lo que verdaderamente importa es el modo en que  la afrontas.
El dolor (emocional) no  es lo mismo que el sufrimiento. El primero es una  única  sensación. El segundo  es un conjunto de emociones y pensamientos que se entrelazan y adquieren más intensidad y duración que el dolor.

Veamos un ejemplo

El dolor surge ante la pérdida de un ser querido. Está acompañado por una profunda tristeza. En el dolor hay una sola sensación.

El sufrimiento es cuando dicha tristeza se prolonga por varios años y puede durar indefinidamente; generalmente están involucrados otros sentimientos como el  de enfado,  desesperanza, inseguridad, etc., y pensamientos tales como: “¿por qué a mí?”, “no me lo merezco”, “es injusto”, etc.

Para que lo entiendas mejor, el dolor es el paso por un lugar no deseado. El sufrimiento  es armar una carpa y quedarse a vivir en ese lugar indeseable.


Estás sentad@ detrás de la ventana de tu sala de estar viendo cómo los demás, ahí fuera, en la calle, van y vienen. Se cruzan. Algunos conversan entre sí; otros se abrazan, otros más sonríen y algunos lloran. Pero todos ellos ¡viven! ¿Estás distraíd@ mirando cómo la vida discurre allá afuera o estás deprimid@? ¿Estás triste, nostálgic@, melancólic@? ¿Tal vez deprimid@?

¿Cómo saberlo si no estoy dentro de ti? Sólo puedo sugerirte que no dudes en consultar con un especialista, psicólogo o psiquiatra, y lo hago porque estoy convencido que tú eres VALIOS@. Sí, así con mayúscula porque tú vales más que una mera distracción o una auténtica depresión.

A continuación te invito a leer lo que dijo el escritor Facundo Cabral1 desde una perspectiva poética sobre el tema que hoy nos ocupa: la depresión versus la distracción.

A lo largo del relato, dicho escritor nos habla de todo aquello que se nos escapa;  del desapego; de gozar de la naturaleza; de la felicidad sencilla; del servicio y entrega a los demás; de la esperanza; la lucha; de rodearnos de las personas adecuadas y de poder volver a darle sentido a nuestra existencia sólo a través del amor y la contemplación. De que nada es tan realmente importante si estás viviendo.

1 Cantautor argentino, inspirado e inspirador,  escritor del texto “No estás deprimido, estás distraído”,  falleció el 9 de junio de 2011 víctima de un atentado en la ciudad de Guatemala.





Te deseo una larga Vida y Sabiduría para Vivirla. Que tu Sol  brille siempre.

Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez

Fuentes
Imágenes tomadas de la web





4 comentarios:

  1. Hola guapo, me encanta tu blog. Muchos besotes y que sepas que te quiero mucho muack muack

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola súper guapo. Gracias por darte un paseíllo por mi blog que también es el tuyo y el de tod@s. Muakkkkkssssss. Yo también TKMSÍMOOOOO.

      Eliminar
  2. Hola guapo. Ánimo pequeño pernss. Muy bonito blog. Muack TQM

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola súper guapo. Gracias: por el ánimo que me das. Gracias por tu elogio. Gracias por quererme. Gracias por leer las entradas que son tuyas y la de todos. Gracias por dejar un comentario.
      Muakkkkkkssssssss. Yo también TKMSIMOOOOOOOOO
      Besotes para ti

      Eliminar