El Padre
Amor sostiene para sus hijos el suministro ilimitado de todo el bien que
podamos requerir para nuestra evolución feliz.
Si estamos de acuerdo en que Dios escucha cada uno de
nuestros llamados y como nos ama, jamás deja de respondernos… ¿por qué entonces
no siempre desciende el bien requerido, a pesar de que decimos orar al Padre
por ello?
¿No será un buen momento para revisar cuál es nuestra actitud
al “orar”? ¿Pedimos con Fe, pedimos con Paz? ¿Pedimos con la certeza de que Él
nos escucha? ¿Actuamos de acuerdo con la demanda que elevamos?
Al revisar nuestra forma de orar o pedir, tal vez surja que al
hacerlo no estamos
en Paz.
Demandamos con ansiedad, con desesperación, y tanto una como la otra son
energías de baja vibración que retrasan la conexión con energías de Luz, que
son las que contienen el bien demandado.
Recordemos que lo similar atrae a lo similar, así, si pedimos
en nombre de la Divina Presencia De Dios que hay en uno, sabiendo que el Almacén
Divino ya
está preparado para suministrarnos antes de que tomáramos conciencia de
que algo nos falta, si
pidiésemos con Fe inquebrantable y lo sostuviésemos cada momento sin dudar,
sin escudriñar por dónde nos llegará, sin ansiedades por la tardanza en
la respuesta… sea lo que sea deberá
manifestarse, porque es Ley que la demanda compele la respuesta.
De aquí
la absoluta necesidad de sostener la Paz, porque ello
es sinónimo de Fe. La demanda abre
un canal de conexión con la Fuente del Bien; la Paz es una poderosa fuerza que
atrae el bien requerido, es un generador de Poder que emana y sostiene los regalos
de Dios.
Si la necesidad es curación debe precederle un estado de Paz.
Si la necesidad es por algo familiar, debemos tratar de
mantener la Paz y Armonía en el ambiente de nuestros hogares.
Si debemos educar niñ@s, solo responderán a nuestra Paz, reflejada
en la Paciencia y el Amor.
Si es trabajo, debemos demandarlo y esperarlo en Paz.
Si es dinero lo mismo, ya que todo es energía que va a
responder al estado de vibración de nuestra energía.
La Paz no es letargo o inacción, es hacer todo lo que nos corresponde
pero sin discordias, prisas o nervios.
Si hay un tan llamado “problema” y necesitamos la solución,
¿de qué nos sirve pedir la Paz, si ni siquiera podemos orar correctamente?
La Paz es una necesidad primordial en la Tierra, y cada uno
de nosotros somos parte activa en esta Paz que deseamos para el Planeta.
Recordemos la Unidad de toda Vida: estoy en Paz y expando Paz y si sucede lo
contrario, también lo expando. Somos directamente responsables por la Paz del Mundo, de
los Elementos y de toda Vida.
¿Cómo nos ayuda la
Llama Violeta a encontrar la Paz? Transmutando los ímpetus de discordia. La
Llama Violeta es Paz, debe ser invocada con Paz y a Su paso la Paz sella toda
transmutación, porque la Vida libre es Vida en Paz.
Tenemos la Gracia de tener una Divina Presencia, un Cristo,
Mensajeros Celestiales, Arcángeles, Ángeles y Grandes Seres Cósmicos dispuestos
a responder nuestros llamados, a darnos la Protección que necesitamos mientras
caminemos en la Tierra.
¿No será momento
de aprender a comunicarnos con Ellos en la frecuencia que nos permite tal
conexión? Aprendamos el auto-control y conoceremos esa mejor calidad de vida
que se forjará en nuestros entornos, familias, actividades y perdurará cada
momento de cada día, porque se habrá convertido en un Estado que no desearemos
perder, porque no nos hallaríamos ya confortables.
No nos sentiremos confortables en medio de discusiones,
escuchando músicas disonantes, observando imágenes de violencia, y de hecho lo
externo irá cambiando, como irán cambiando nuestros hábitos alimenticios, no
consumiendo estimulantes que nos alteren, y tratando en lo posible de crear
afín a lo que sentimos, evitaremos las reacciones que tanto daño hacen y
comenzaremos a ser maestros de nuestra energía y no juguetes para cada cosa
externa que perturbe a nuestro interior.
Luego de un día vivido en Paz se nos dará más oportunidad de
aprender y servir.
La Paz
nos acerca a los Ángeles y a toda cosa buena, a todas sus bendiciones y
especialmente nos acerca a una mejor calidad de vida.
Apreciad@
visitante
Creyente de tal o cual religión, o no creyente, te invito a
que consideres que siempre hay un espacio para la reflexión sobre la paz
espiritual o paz interior que no es más
que aquella certeza, impalpable pero real, de bienestar emocional, físico y
espiritual. Es el cierto sentir de la tranquilidad profunda que te llega cuando
eres capaz de desconectarte de la terrible batalla que mantienes contigo, esa
batalla de los pensamientos inquietantes y perturbadores, que aunque sean
inútiles no son menos amenazantes.
Lograr el Estado de Paz
Interior es una tarea de
cada día asumida con total compromiso. Es un proceso
que se construye día a día de la mano del silencio, porque el silencio habla y cuando
aprendes a escucharlo te brinda la oportunidad
de darte cuenta de lo que realmente albergas en tu interior. Ese silencio que te
permite evaluar lo que estás haciendo con tu vida y de si el rumbo que estás
tomando es el que quieres o no. Conseguir llegar al Estado de Paz Interior se
consigue entonces desde la reflexión. Y en este trabajo del encuentro contigo
puede ayudar la meditación, el yoga, los ejercicios respiratorios, etc. Cada
quien encontrará el o los complementos de ayuda más apropiados porque éstos son
muy personales. Al final, como siempre, llega el momento en que tod@s desandaremos nuestro propio camino, diferente
o diferenciado de otros. Y es ahí entonces (yo creo) desandando ese tu camino donde encontrarás la Paz Espiritual.
Te deseo
una larga vida y sabiduría para vivirla. Que tu Sol brille siempre.
Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez
Fuentes
Imagen tomada de la Web
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