jueves, 17 de marzo de 2016

Cómo orar

El Padre Amor sostiene para sus hijos el suministro ilimitado de todo el bien que podamos requerir para nuestra evolución feliz.


Si estamos de acuerdo en que Dios escucha cada uno de nuestros llamados y como nos ama, jamás deja de respondernos… ¿por qué entonces no siempre desciende el bien requerido, a pesar de que decimos orar al Padre por ello?

¿No será un buen momento para revisar cuál es nuestra actitud al “orar”? ¿Pedimos con Fe, pedimos con Paz? ¿Pedimos con la certeza de que Él nos escucha? ¿Actuamos de acuerdo con la demanda que elevamos?

Al revisar nuestra forma de orar o pedir, tal vez surja que al hacerlo no estamos en Paz. Demandamos con ansiedad, con desesperación, y tanto una como la otra son energías de baja vibración que retrasan la conexión con energías de Luz, que son las que contienen el bien demandado.

Recordemos que lo similar atrae a lo similar, así, si pedimos en nombre de la Divina Presencia De Dios que hay en uno, sabiendo que el Almacén Divino ya está preparado para suministrarnos antes de que tomáramos conciencia de que algo nos falta, si pidiésemos con  Fe inquebrantable y lo sostuviésemos cada momento sin dudar, sin escudriñar por dónde nos llegará, sin ansiedades por la tardanza en la respuesta… sea lo que sea deberá manifestarse, porque es Ley que la demanda compele la respuesta.

De aquí la absoluta necesidad de sostener la Paz, porque ello es sinónimo de Fe. La demanda abre un canal de conexión con la Fuente del Bien; la Paz es una poderosa fuerza que atrae el bien requerido, es un generador de Poder que emana y sostiene los regalos de Dios.

Si la necesidad es curación debe precederle un estado de Paz.

Si la necesidad es por algo familiar, debemos tratar de mantener la Paz y Armonía en el ambiente de nuestros hogares.

Si debemos educar niñ@s, solo responderán a nuestra Paz, reflejada en la Paciencia y el Amor.

Si es trabajo, debemos demandarlo y esperarlo en Paz.

Si es dinero lo mismo, ya que todo es energía que va a responder al estado de vibración de nuestra energía.

La Paz no es letargo o inacción, es hacer todo lo que nos corresponde pero sin discordias, prisas o nervios.

Si hay un tan llamado “problema” y necesitamos la solución, ¿de qué nos sirve pedir la Paz, si ni siquiera podemos orar correctamente?

La Paz es una necesidad primordial en la Tierra, y cada uno de nosotros somos parte activa en esta Paz que deseamos para el Planeta. Recordemos la Unidad de toda Vida: estoy en Paz y expando Paz y si sucede lo contrario, también lo expando. Somos directamente responsables por la Paz del Mundo, de los Elementos y de toda Vida.

¿Cómo nos ayuda la Llama Violeta a encontrar la Paz? Transmutando los ímpetus de discordia. La Llama Violeta es Paz, debe ser invocada con Paz y a Su paso la Paz sella toda transmutación, porque la Vida libre es Vida en Paz.

Tenemos la Gracia de tener una Divina Presencia, un Cristo, Mensajeros Celestiales, Arcángeles, Ángeles y Grandes Seres Cósmicos dispuestos a responder nuestros llamados, a darnos la Protección que necesitamos mientras caminemos en  la Tierra. 

¿No será momento de aprender a comunicarnos con Ellos en la frecuencia que nos permite tal conexión? Aprendamos el auto-control y conoceremos esa mejor calidad de vida que se forjará en nuestros entornos, familias, actividades y perdurará cada momento de cada día, porque se habrá convertido en un Estado que no desearemos perder, porque no nos hallaríamos ya confortables.

No nos sentiremos confortables en medio de discusiones, escuchando músicas disonantes, observando imágenes de violencia, y de hecho lo externo irá cambiando, como irán cambiando nuestros hábitos alimenticios, no consumiendo estimulantes que nos alteren, y tratando en lo posible de crear afín a lo que sentimos, evitaremos las reacciones que tanto daño hacen y comenzaremos a ser maestros de nuestra energía y no juguetes para cada cosa externa que perturbe a nuestro interior.

Luego de un día vivido en Paz se nos dará más oportunidad de aprender y servir.

La Paz nos acerca a los Ángeles y a toda cosa buena, a todas sus bendiciones y especialmente nos acerca a una mejor calidad de vida.

Apreciad@ visitante

Creyente de tal o cual religión, o no creyente, te invito a que consideres que siempre hay un espacio para la reflexión sobre la paz espiritual o paz interior que  no es más que aquella certeza, impalpable pero real, de bienestar emocional, físico y espiritual. Es el cierto sentir de la tranquilidad profunda que te llega cuando eres capaz de desconectarte de la terrible batalla que mantienes contigo, esa batalla de los pensamientos inquietantes y perturbadores, que aunque sean inútiles no son menos amenazantes.

Lograr el Estado de Paz Interior es  una tarea de cada día  asumida con total compromiso. Es un proceso que se construye día a día de la mano del silencio, porque el silencio habla y cuando aprendes a escucharlo  te brinda la oportunidad de darte cuenta de lo que realmente albergas en tu interior. Ese silencio que te permite evaluar lo que estás haciendo con tu vida y de si el rumbo que estás tomando es el que quieres o no. Conseguir llegar al Estado de Paz Interior se consigue entonces desde la reflexión. Y en este trabajo del encuentro contigo puede ayudar la meditación, el yoga, los ejercicios respiratorios, etc. Cada quien encontrará el o los complementos de ayuda más apropiados porque éstos son muy personales. Al final, como siempre, llega el momento en que tod@s  desandaremos nuestro propio camino, diferente o diferenciado  de otros. Y es  ahí entonces (yo creo) desandando ese  tu camino donde  encontrarás  la Paz Espiritual.

Te deseo una larga vida y sabiduría para vivirla. Que tu Sol brille siempre.

Jesús de los Ángeles Rodríguez Martínez

Fuentes
Imagen tomada de la Web



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