Se dice que un
rey muy rico, poderoso e inteligente vivía
en un hermoso país. Una noche vio
una estrella que, para la creencia de él y según la tradición, anunciaba el
nacimiento de un Rey; el Rey de Reyes. Inmediatamente salió de viaje siguiendo
la estrella hasta donde fuese necesario. Para el viaje se llevó una tela de
seda, un manto de piel, una bolsa llena de oro y perlas, un tarro de miel y su
mejor caballo.
En su camino se encontró con otros tres reyes que
buscaban lo mismo que él pero estos no quisieron acompañarlo y se quedó solo. Y
mientras desandaba el camino siguiendo la estrella vivió una serie de
situaciones que le llevaron a desprenderse de todas sus posesiones; él mismo
fue hecho prisionero durante 30 años.
Pero la estrella seguía brillando y él la miraba y siempre
seguía detrás de ella, aunque ya no le quedan ni medios ni fuerzas para
caminar.
Hasta que un día entró en
una ciudad justo en el momento en que crucificaban a tres hombres. Para su sorpresa la
estrella se posó en el hombre que estaba crucificado en medio. En ese momento,
un rayo de la estrella se le introdujo en su corazón y comprendió que el Niño
al que había salido a buscar era Aquel que estaba allí crucificado. Se llenó de
alegría y llorando corrió hacia la cruz y se abrazó a ella.
Por fin, después de 33 años de búsqueda, de
tantas penas y vicisitudes encontró y conoció a la persona que había estado buscando durante tanto tiempo.
Apreciad@ visitante.
Como has leído, el rey de este cuento buscó
por muchos años al Rey que finalmente encontró. Largo fue su peregrinar que no estuvo
libre de acontecimientos que le llevaron a desprenderse de todas sus riquezas, por Amor a sus semejantes, con que un día
partió para ofrendarlas al Rey de Reyes,. No pudo ser acompañado por sus pares,
tuvo que peregrinar solo. Hasta se desprendió de su esperanza de encontrar a su
Rey, pero fue fiel a la Luz que llevaba
en su corazón, aquella que le daba la claridad de saber lo que buscaba.
Como en este cuento, tal vez tú también,
al igual que este rey vives buscando. ¿Pero
tu corazón verdaderamente sabe lo que
buscas? ¿O eres como aquellos que por no saber lo que busca no entiende lo que
encuentra? Si es así no te afanes en
encontrar porque es casi seguro que no encontrarás nada. Ahora, si lo que
buscas está en tu corazón más tarde o más temprano, pero siempre en el momento
justo y oportuno para ti, lo encontrarás. Mientras tanto, es posible, que
aparezcan “circunstancias” que en “apariencia” te alejan y te retardan de lo
que buscas y más aún, crees que has “fracasado”. Déjame decirte que el fracaso,
como tú lo llamas no existe. Como dijo T. A. Edison: Muchos de los fracasos en la vida los experimentan
personas que no se dan cuenta cuán cerca estuvieron
del éxito porque decidieron darse por vencidos.
Ya ves, el rey de este cuento jamás se
dio por vencido, tenía muy claro dentro de él lo que buscaba y para ello
no ahorró ni fatigas ni trabajo.
Por otro lado, esas “circunstancias” que en
“apariencia” te alejan y te retardan de lo que buscas en realidad son señales
que contribuyen a tu crecimiento personal. El que tú lo puedas interpretar sólo
depende de cuán atento estés a esas señales y descubrir su verdadero mensaje. Y
así, un día te encuentras con que has hallado aquello que tu corazón buscaba.
Te deseo un Feliz Día de Magia
Jesús de los Ángeles
Rodríguez Martínez
Fuentes
Imagen tomada de la Web.
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